Déjame contarte mi historia.
Por mucho tiempo viví en la baja autoestima.
Percibía todo lo que venía del exterior como un ataque; no sabía poner límites y terminaba complaciendo a los demás independientemente de lo que yo verdaderamente quería. Mis relaciones eran de dependencia porque eran el espejo de todo el trabajo de mis heridas.
Me sentía incapaz e insuficiente para lograr el éxito que soñaba construir; no contaba con los recursos internos adecuados para resolver las situaciones y ante los conflictos siempre me desmoronaba. Pero sobre todo, no era feliz…
¿Cómo me di cuenta? Desde el divorcio, la quiebra, los procesos de pérdida de propósito y esa sensación de perder todo, me hizo buscar ayuda y me di cuenta que mi problema era YO.
La verdad más difícil de aceptar, pero a la vez tan liberadora. Había encontrado el problema y puse todo mi empeño y compromiso, desde conocerme a mi misma, a mi historia, aceptar mis heridas, a mis padres y que cada persona era un mensajero positivo que acompañaba mi vida.
El camino en principio muy oscuro, sin embargo, siempre había una luz al final. Cada día conquistaba una parte de mí.
Hoy todavía soy una aprendiz de la vida que cada día me acerco más a quien verdaderamente soy, construyo la vida que amo, hago lo que me apasiona y me mueve contribuir a cada persona que tiene dolor, heridas y cómo sanarlas. He decidido ser feliz, a pesar de las circunstancias, y a pesar de que llegan las crisis, siempre hay la forma de solucionar y eso espero para ti.
El camino de la autoestima es toda la vida, este mentoring es el salto, el atajo para que te ahorres dolor, sufrimiento y encuentres en ti la maravilla, los talentos, los acertijos que no te dejan avanzar y sobre todo, para que alcances la plenitud y el amor que posiblemente has buscado fuera o que desde la soledad de tu alma, anhelas.